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domingo, 17 de abril de 2011

El Valor de Educar de FERNANDO SAVATER (SÍNTESIS)

INTRODUCCIÓN
El autor plantea el escenario de la educación y proporciona reflexiones que son dirigidas al maestro y a su papel como educador.
Dentro de los cinco capítulos el autor hace hincapié en el compromiso que tienen el Estado, las autoridades en educación, instituciones educativas y principalmente el maestro, con relación a la disciplina, la enseñanza de la libertad y la universalización de la educación.
Enfatiza el hecho de que los maestros lo quieran o no, son modelos para sus estudiantes, y en sus manos está hacer del aprendizaje de sus alumnos un deleite, tomando en cuenta que lo más importante no son las asignaturas y los contenidos curriculares, sino “cómo” éstas son enseñadas.
Insiste mucho en que el fin de la educación es la humanización del ser humano, lográndolo a través de la integración e interrelación de la parte cognitiva, espiritual y actitudinal de una persona.
El autor menciona, el término “pedantería del maestro” como un mal perjudicial, que va en contra del gusto por aprender en los educandos, los aleja del interés de aprender ya que los maestros quieren enseñar y enseñar, a sabiendas que el aprendizaje significativo no se logra enseñando, por el contrario, se llega a él a través del descubrimiento.
Enfatiza la idea de que debe existir la universalización democrática de la educación, esto significa que debe haber educación para todos y cree en la educación para evitar desigualdades.
Termina escribiendo una carta a los ministros para que hagan suyos éstos planteamiento y tomen en serio el valor de educar.
CAPÍTULO 1
El Aprendizaje Humano
En líneas generales, la educación está orientada a la formación del alma y al cultivo respetuoso de los valores morales y patrióticos, considerada de más alto rango que la instrucción, la cual da a conocer destrezas, técnicas o teorías científicas. Pero separar educación de instrucción resulta imposible, porque no se puede educar sin instruir ni viceversa, ¿cómo puede instruirse a alguien en conocimientos científicos sin inculcar el respeto y los valores?, Es claro que no existe una dicotomía entre educación en instrucción.
La enseñanza tiene capacidades abiertas y cerradas. Las capacidades cerradas son estrictamente funcionales, como caminar, vestirse y otras más complejas como leer y escribir. Estas capacidades se pueden ir perfeccionando con el tiempo y la práctica. La característica de esta capacidad es su sentido de utilidad y lo imprescindible que resultan para la vida diaria.
Las capacidades abiertas a diferencia de la anterior son de dominio gradual e infinito, algunas son elementales y universales, como hablar y razonar y otras optativas como escribir poesía o componer música. Su característica, también a diferencia de la anterior es que nunca puede ser dominada de forma perfecta, su pleno dominio jamás se alcanza. Cada individuo va desarrollando su conocimiento sin que nunca pueda decirse que pueda ir más allá.
En las capacidades cerradas, una vez dominadas, la persona pierde interés en sí misma, aunque siguen teniendo sentido utilitario. Por el contrario las capacidades abiertas se van haciendo más sugestivas e inciertas a medida que se progresa.
El éxito de las capacidades cerradas es ejercerlas olvidando que las sabemos, mientras que las capacidades abiertas implica ser más consciente de lo que aún nos queda por saber.
La propia habilidad de aprender es una capacidad abierta, aprender es una actividad permanente del alumno y nunca de aceptación pasiva de los conocimientos ya deglutidos por el maestro, siendo lo más importante de la enseñanza, enseñar a aprender.
En la actualidad se exige una educación abierta: “ La capacidad de abstracción, la creatividad, la capacidad de pensar de forma sistemática y de comprender problemas complejos, la capacidad de asociarse, de negociar, de concertar y de emprender proyectos colectivos son capacidades que pueden ejercerse en la vida política, en la vida cultural y en la vida en general. (...), lo cual implica que la educación deberá incorporar de forma sistemática la tarea de formación de la personalidad.
La escuela debe reforzar la autonomía personal, el conocimiento veraz, el coraje. Como dice Jerome Bruner, “la escuela compite con “antiescuelas” con relación a la distinción, identidad y autoestima, tales como los medios audiovisuales, las pandillas, movimientos políticos violentos o simplemente el modelo de aquellos que pertenecen a los grupos indiferentes. Estos modelos que compiten diariamente con la escuela traen consigo lamentables consecuencias para la humanidad.

CAPÍTULO 2
LOS CONTENIDOS DE LA ENSEÑANZA
El aprendizaje a través de la comunicación con los semejantes y de la transmisión deliberada de pautas, técnicas, valores y recuerdos es proceso necesario para llegar a adquirirla plena estatura humana. Ni siquiera en todos los animales basta con la mera herencia biológica para conseguir un ejemplar cuajado de la especie.
Quizá no resulte inevitable contraponer abruptamente el programa genético al aprendizaje social, lo que heredamos por la biología y lo que nos transmiten nuestros semejantes.
Lo primero que la educación transmite es que no somos únicos, y lo segundo es que no somos los iniciadores de nuestro linaje. El tiempo es nuestro invento más característico mas determinante y también mas intimidatorio. La panorámica temporal es el contrapeso de nuestra conciencia de la muerte inexorable que nos aísla aterradoramente entro los seres vivos. Por vía de la educación no nacemos al mundo sino al tiempo.
¿Qué es el presente?
Es algo relativo al paso y al fututo.
Es una cosa que existe en virtud de que existen
otras cosas.
Yo quiero sólo la realidad, las cosas
sin presente.
No quiero incluir el tiempo en mi haber.
No quiero pensar en las cosas como presentes;
Quiero pensar en ellas como cosas.
No quiero separarlas de sí mismas, tratándolas
De presentes.
(FERNANDO PESSOA, Alberto Caeiro)
El manejo del tiempo es la fuente de nuestra grandeza y el origen de nuestras miserias, y es un componente esencial de nuestros modelos mentales. La enseñanza está ligada intrínsecamente al tiempo. No hay aprendizaje que no implique conciencia temporal y que no responda directa o indirectamente a ella.
La función de la enseñanza está tan esencialmente enraizada en la condición humana que resulta obligado admitir que cualquiera puede enseñar.
Gran parte de los grupos humanos primitivos carecieron de instituciones educativas específicas. Y todavía muchas enseñanzas se transmiten así en nuestros días, aun en las sociedades mas desarrolladas.
Una reflexión sobre los fines de la educación es una reflexión sobre el destino del hombre, sobre el puesto que ocupa en la naturaleza, sobe las relaciones entre los seres humanos.
La contraposición educación versus instrucción resulta hoy ya notablemente obsoleta y muy engañosa. Michel
Foucault ha mostrado los engranajes según los cuales todo saber y también su transmisión establecida mantienen una vinculación con el poder o, mejor con los difundidos poderes varios que actúan normalizadota y disciplinarmente en el campo social

CAPÍTULO 3
El Eclipse de la Familia
En este capítulo se hace referencia al papel que juega la familia como institución educativa.
Lo que los niños aprenden dentro de la familia, relacionado con su convivencia y relación con otros, participación en juegos colectivos es lo que los estudiosos llaman Socialización primaria, en donde el niño se convierte en un miembro más o menos estándar de la sociedad.
La socialización secundaria es pues la continuidad de la socialización del niño, la cual queda a cargo la escuela, grupos de amigos, el trabajo etc. Si la socialización primaria se realizó de modo satisfactorio la socialización secundaria será más fructífera, ya que cuenta con una base sólida sobre la cual asentar conocimientos y enseñanzas.
Dentro del ambiente familiar el niño aprende de una forma diferente de la que aprende en la escuela. Dentro de la familia el clima está dotado de afectividad. Por la afectividad que el niño pueda percibir dentro de su familia, el aprendizaje familiar tiene un trasfondo de coacción en el sentido de la amenaza de perder el cariño de aquellos seres, que sin ellos, el niño no sabe aún cómo sobrevivir. Existe por tanto el miedo de dejar de ser amado. Por esto Goethe afirmaba que da más fuerza saberse amado que saberse fuerte.
La educación familiar funciona por vía del ejemplo, de gestos, humores compartidos, hábitos del corazón, chantajes afectivos junto a la recompensa de premios y castigos, no por sesiones de trabajo como en la escuela. Este aprendizaje resulta de la identificación total con sus modelos o rechazo a tales modelos.
En resumen la familia brinda un menú lectivo con mínima o nula elección de platos pero con gran condimento afectivo. Lo que se aprende en la familia tiene una indeleble fuerza persuasiva. La carga afectiva que recibe el niño en la familia sirve para el fortalecimiento de principios morales que le ayudará a resistir las tempestades de la vida, en los casos favorables, en los que no hubo esa carga afectiva los niños se llenan de prejuicios que son difícil de extirpar.
Las familias están sufriendo una crisis seria en cuanto a su funcionamiento como familia. Para que la familia funcione educativamente es imprescindible que alguno de los padres se resigne a ser adulto. Los padres quieren figurar como “el mejor amigo de su hijo”, un arrugado compañero de juego y la madre cuya única vanidad profesional es que la tomen como la hermana mayor de su hija. Estas situaciones hacen que la familia se vuelva más informal por lo que la formación moral y social de los hijos se encuentra en la cuerda floja; por lo que las instituciones educativas tienen ahora una carga más allá de lo académico.
Los padres están delegando estas responsabilidades a la escuela, la cual no solo tiene que educar en cuanto a una exigencia curricular, sino también a llenar esos vacíos en cuanto a moral, ética y valores en general que las familias están dejando a un lado.
En conclusión, el eclipse en la familia se refiere a que las nuevas generaciones están padeciendo de la ausencia de “buenos modelos ” a seguir, debido a la ausencia de padres y madres en los hogares, la convivencia familiar se hace cada vez más escasa. Los niños pasan más tiempo conviviendo con el televisor que con sus padres. Ante tal carencia la escuela en el sentido de “organización” debe proveer a los estudiantes un modelo, un ejemplo, en cuanto actitudes de los maestros e impregnarlo en cada enfoque de sus materias. Tiene el compromiso de enseñar a los alumnos los usos responsables de la libertad y la toma de decisiones responsables, para formar generaciones sensatas, que tanta falta hace en nuestras sociedades.
CAPÍTULO 3
La Disciplina de la Libertad
El objetivo de la enseñanza es formar individuos auténticamente libres, la cual se logra a través de una integración social. Algunos pedagogos insisten que el objetivo de la enseñanza es despejar por imposición la libertad latente en el niño para que florezca plenamente. Ante esto la pregunta es ¿Cómo se consigue?
Para llegar a ello el educador debe proveer de un modelo racionalmente adecuado, no para que lo siga, sino para que se identifique con él. Aunado a la libertad está la disciplina. El poder disciplinario es el responsable de cualquier procedimiento de educación, tanto de los más coactivos como el de los más liberales.
La disciplina está intrínsicamente relacionada con la autoridad (no autoritarismo), por lo cual la escuela no necesita convertirse en un cuartel, por el contrario, debe propiciar un ambiente que genere libertad de opinión, de actuar, siempre en un ambiente de disciplina, que guíe al alumno a obtener autocontrol, aprendiendo a mandarse así mismo obedeciendo a otros.
CAPÍTULO 4
Hacia una Humanidad sin Humanidades
Se esta atravesando una crisis en la humanidad. Las exigencias de las sociedades modernas en cuanto a lo tecnológico y lo científico, están mutilando a las generaciones futuras de la visión histórica, literaria y filosófica que son imprescindibles para el desarrollo de la plena humanidad.
Los planes de enseñanza en general tienden a reforzar los conocimientos científicos o técnicos a los que se supone una utilidad práctica inmediata, directamente una aplicación laboral.
Esta situación genera un divorcio entre la cultura científica y la cultura literaria. ¿Cómo pueden dejarse la cultura literaria y con ella las facultades del humanismo, la cual pretende desarrollar las capacidades crítica de análisis, la curiosidad que no respeta dogmas, el sentido de razonamiento lógico, la sensibilidad para apreciar las más altas realizaciones del espíritu humano, la visión conjunta del panorama del saber?. Lograr la integración de ambas favorecería mejor a la educación.
Pero más allá de impartir más la cultura científica que la literaria está un aspecto mucho más profundo. Como dice François Closets, “Poco importa en último extremo lo que se enseñe, con tal que se despierte la curiosidad y el gusto por aprender. Lo que importa no es lo que se aprende sino la forma de aprenderlo, por lo tanto no es cuestión de qué sino de cómo.
Este planteamiento compromete directamente al profesor, por que en sus manos está el “cómo” enseña.
En este aspecto se hace referencia a una de las causas de la ineficacia docente, definida como la “pedantería pedagógica”, llamándola como una enfermedad laboral, la cual padecen la mayoría de los maestros. El término “pedante”, en voz italiana quiere decir “maestro”, por lo que no tiene ninguna connotación peyorativa.
La pedantería nace con la vocación de enseñar. Todos los profesores somos pedantes en algún momento.
La pedantería exalta el conocimiento propio por encima de la necesidad docente de comunicarlo, se da relevancia a los ademanes intimidatorios de la sabiduría a la humildad paciente y gradual que la trasmite.
Existe la pedantería, cuando el maestro se dirige a sus alumnos como si estuviera presentando una conferencia ante un congreso de distinguidos y exigentes colegas. Esta situación no permite abrir el apetito cognoscitivo del alumno, porque lo agobia.
La humildad del maestro renuncia a demostrar que uno ya está arriba y se esfuerza por ayudar a subir a otros. Ya que su deber es estimular a que sus alumnos descubran y no que sepan todo lo que el maestro ha descubierto. Por lo tanto el maestro debe fomentar las pasiones intelectuales y no crear un ambiente de apatía provocada por la rutina.
CAPÍTULO 5
Educar es Universalizar
Este capítulo se refiere especialmente al ideal básico de la educación actual, siendo éste la “universalización democrática”. Este término se refiere a que nadie debe quedar excluido del sistema educativo, universalizar la educación es acabar con la discriminación.
La universalización de la educación democrática comienza intentando auxiliar las deficiencias del medio familiar y social que cada persona experimenta.
Otra de ellas consiste en volver a cada persona a sus raíces, es decir que cada cual dentro de sí mismo debe buscar aquella raíz propia e intransferible que le identifica con su familia. Según esta visión la educación consistiría en reforzar nuestras raíces haciéndonos más nacionales, más étnicos, más ideológicamente puros, más idénticos a nosotros mismos y por lo tanto inconfundibles y diferentes a los demás.
EPÍLOGO
Carta al Ministro
El autor termina su ensayo dirigiendo una carta a todos aquellos ministros o ministras que tienen a su cargo la educación en sus países. En la carta hace referencia a varios puntos, analizados en los capítulos anteriormente expuestos.
Hace referencia a la democracia, más allá del respeto de los derechos de los ciudadanos. Se refiere a la democracia en la que el Estado tiene la obligación de proveer una educación pública.
La enseñanza debe ser tan pluralista como la sociedad misma. Que el sentido de la educación es conservar y transmitir el amor a lo intelectual y a lo humano.
Finaliza diciendo que el efecto más notable de la educación es el despertar el apetito de más educación y de nuevos aprendizajes, que la educación se da en el momento que los alumnos están deseosos de descubrir más.

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